Acompañar en la locura, ni mas, ni menos.
Acaso se llegue a averiguar que en este caso los enfermos no son como otros enfermos,los legos no son genuinamente tales, ni los médicos son exactamente lo que hay derecho a esperar deinos médicos y en lo cual puedan fundar sus pretensiones. Sigmund Freud, “Pueden los legos ejercer el psicoanálisis”
Cuando planteamos el titulo de « el dispositivo de la rampa », lo hicimos pensando en esa definicion de Dispositivo que Giorgio Agamben, uno de los filósofos que nos acompaña, toma de Foucault: »… un conjunto resueltamente heterogeneo, que incluye discursos, instituciones, instalaciones arquitectonicas, desiciones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados cientificos, proposiciones filosoficas, morales,filantropicas, brevenente, lo dicho y lo no dicho. El dispositivo es la red que se establece entre estos elementos. » Y prosigue mas adelante: « El dispositivo tiene pues una funcion estrategica dominante…. El dispositivo esta siempre inscripto en un juego de poder. »
Esta definicion tiene la ventaja de permitir una amplitud y variedad en cuanto a los elementos que forman la red del dispositivo, permite incluir los elementos informales y virtuales. Tambien hace lugar a las multiples facetas del dispositivo y al carácter heterogéneo de ellas. Y tiene la virtud de plantear de entrada la cuestion del poder, y del juego de poder en el que estamos inmersos.
Pero es una definición muy presuntuosa. Nos engaña haciendonos creer que somos parte de una estrategia y que hemos logrado quedar por fuera del Poder psiquiátrico y evitando ser parte de la Funcion psi.
No, rápidamente queremos aclarar que nuestro dispositivo es mas bien, precario, endeble; y que estamos mas bien,en una posición de tratar de “sobrevivir al manicomio”, “sobrevivir a la locura institucional”, siguiendo a Kenzaburo Oé.
La Rampa, el equipo de acompañamiento a pacientes externados y los Talleres artísticos-comunitarios conforman el Area de Acompañamiento y abordajes comunitarios del Hospital Neuropsiquiatrico Provincial de Córdoba.
La rampa se encuentra en un lugar muy particular. Es el afuera, del adentro del internado. Es como un balcón del internado. El lugar que los pacientes internados tienen para salir, pero sin dejar aun, el internado. Pueden subir a escuchar música, a tomar unos mates, a regar unas plantas, a leer un libro, van a hacer alguna de las actividades excusa, que es como llamamos a nuestros talleres. En La Rampa nos servimos de esas actividades de la vida cotidiana, como excusas para que puedan tejerse vínculos entre pacientes, entre un paciente y un acompañante, o enfermero. Generamos espacios para intentar hablar de eso que están pasando, de esa experiencia que es la internación psiquiátrica. En la rampa intentamos « hacer lugar » al recién llegado. ( como un refugiado) (ejercicio de la hospitalidad) esposito).
Pero también hay un grupo de pacientes externados que diariamente concurren, algunos a realizar alguna actividad, otros, solo para salir de su casa, y hacer un minimo lazo social.(idea de libertad de circulación, Jean Oury)
El espacio esta coordinado por enfermeros /acompañantes . Son casualmente también artistas, músicos, plásticos, y como acompañantes, artesanos del vinculo.
El equipo se complementa con acompañantes terapéuticos en formación, que cuentan con espacios de supervisión , imprescindible para una practica de la que se pueda hablar de la experiencia, de las vivencias en el vinculo, de los temores, en su relación con el equipo, los problemas propios de la institucion.
Es el espacio donde pueden hablar de la angustia que generan algunas de las situaciones con las que se conectan. La impotencia en la que a veces quedamos como equipo. Cuando a la exclusión de la locura, se suma la marginalidad social.
Los espacios de supervisión son nuestro modo de acompañar a los acompañantes y enfermeros ,en el “encuentro” con la locura. Lamentablemente es una practica caída en desuso en el resto del hospital.
Deciamos que algunos pacientes suben espontáneamente, o invitados por los acompañantes para alguna actividad puntual. Otros son derivados por su terapeuta, que puede solicitar que se lo incluya en algún taller, o solicitar un acompañamiento individual.
En oportunidades el pedido es de un acompañamiento para un paciente critico. Puede ser un acompañamiento que comienza en la sala de contención, todavía en la fase aguda de la crisis; estos casos son tomados por enfermeros acompañantes, en un primer momento, y luego toma la posta, un acompañante.
Otras veces el caso es critico, pero por tratarse de un paciente crónico, que a su problema se le añade el hospitalismo e institucionalización, que cuesta tanto revertir. Tambien, son casos para el enfermero/acompañante.
Aunque no era el objetivo explícito, se conforma una comunidad, extraña, terapéutica ¿?,con una socialidad muy particular, pero donde se teje un precario(pero consistente) lazo social.
En estos lugares de rehabilitación, como son herederos de movidas antipsiquiatricas se mantiene una cierta horizontalidad, en la relación acompañante/paciente, que contrasta con el internado y demás sectores hospitalarios.
El hospital dispone de pocos lugares donde profesionales y pacientes puedan mezclarse, y estos son los espacios de Rehabilitacion. Alli donde la distancia profesional/paciente se achica, donde sano/enfermo, se desdibuja por momentos.
El equipo de acompañamiento a pacientes externados
Los pacientes con los que trabajamos son derivados por los equipos tratantes; son hombres y mujeres mayores de 18 años; por lo general lo hacen cuando “el caso” se presenta con muchas dificultades… justamente este Equipo se creó para “Atender, Asistir” a los “casos complicados”, como una especie de apoyo a los otros equipos. Por lo general son pacientes que hace mucho tiempo están internados que por diferentes circunstancias de sus vidas han tenido que pasar por numerosas instituciones….. que han tenido varias re-internaciones, que en ese camino se perdieron los lazos familiares, con la comunidad. Lo que implica, encontrarnos con sujetos pasivos, Portadores de un diagnóstico…etc. Con los que hay que poder “tomarse el tiempo”, tomarlos… para que algo allí se produzca.(F.Davoine, Locura y Lazo Social)
el Dispositivo consiste en :
-Admisión
-Reuniones semanales de Equipo
-Articulación con los Equipos Tratantes
-Reuniones con los Acompañantes Terapéuticos
– Visitas domiciliarias
– CASA DE CONVIVENCIA
Este equipo se crea para dar respuesta a aquello que no encaja, atender a aquellos “pacientes” que nadie quiere, que molestan, que no tienen un lugar a donde ir. Y es así también que paralelamente los que trabajamos con ellos también nos quedamos a fuera sin un lugar y empezamos a buscar a dónde ir. Y es así que aparece El grupo de Lectura de “La Rampa” como un lugar de acogimiento…Que junto a lo que plantean Roland Lethier y Sonia Weber sentimos que nos hacen un guiño…para poder encontrar algunas herramientas, cuestionar otras, buscar, leer, encontrar un lugar donde vérselas con la frustración y “el desamparo” en el que se está adentro de estas instituciones.
El equipo deTalleres artísticos comunitarios.
Esta formado por 6 profesionales del Hospital y un buen numero de voluntarios que pertenecen a Abracadabra ,una Asociacion civil que sostiene los talleres. Los diferentes talleres tienen uncoordinador técnico y uno terapéutico. Hay talleres de Literatura, de Canto, de Musica, de Plastica, de Ceramica, de chiqun, de mandalas, de radio, de teatro, de cine y video, y algún otro que estamos olvidando.
Otra faceta fundamental del dispositivo :
el grupo de lecturas en la rampa. Desde hace 6 años, y a partir de un conflicto institucional, que implicaba la internación de los jóvenes menores de 18 años, comenzamos a reunirnos para leer y discutir textos ligados a la problemática. Primeramente nos reunimos los directamente afectados, luego invitamos amigos que les interesara la problemática. Rapidamente la lectura se centro en los textos de Roland Lethier “estrategias de supervivencia” y “mensurar lo inhabitable”, y la bibliografía que alli citaba.
Los planteos e interrogantes acerca del « charco nausebundo » y de la « comunidad de los que no tienen comunidad », nos saco de la lectura de autores psicoanalistas y nos fue llevando poco a poco hacia la filosofia y la biopolitica, operando un descentramiento, saludable.
Nos permitio acercarnos a otros planteos, otras visiones, otras perspectivas. Otro modo de preguntarse por los problemas del lazo social. La lectura de Bataille, Blanchot, Nietsche,Imre Kertesz, Derrida, Nancy, Deleuze, Foucault, Agamben, los encuentros con Emanuel Biset un filosofo que dicto un seminario sobre la comunidad, y al que invitamos al grupo durante varias reuniones.
Mas tarde Francoise Julien y las “Proposiciones al psicoanálisis”,”la brecha y el entre”, “las transformaciones silenciosas” y permanentemente Jean Allouch , Mayette Viltard y Lacan.
El resultado es un grupo heterogéneo de analistas que trabajamos en distintas instituciones y que encontramos en el grupo ,no solo la posibilidad de encontrarnos a leer, a compartir lecturas, textos difíciles de leer solos, sino también la posibilidad de hablar de las practicas. Hay compañeros que trabajan en hospitales psiquiátricos, otros en Hospitales generales, de la parte publica y del sector privado. Otros compañeros trabajan en centros de salud comunitarios , otros trabajan en equipos de educación. Ademas varios nos dedicamos a la practica privada. Compartimos la experiencia de las dificultades que la practica del psicoanálisis encuentra en las instituciones.
Es decir, compartimos las dificultades que la practica analítica exige en cada uno de nuestras ambitos. Conformamos también una comunidad analítica particular que nos ha permitido mantener encendida la llama analítica, en momentos difíciles, cuando lo institucional nos quiere paralizar. Dice Percia : “el manicomio daña también a quienes trabajan. Destroza el deseo de saber. No valora a quienes pertenecen a la institución. Salvo algunos que llegan
Con la ilusión de pensar (y que apelan a la ayuda de gente que no trabaja en el hospital), los otros, muchos, se vuelven apáticos, reacios,indiferentes con las ideas. Como si el pensamiento,dentro de los muros, fuera un lujo inútil, innecesario, excusa de los que no hacen nada”.
Consideramos que este dispositivo, que esta red es lo que nos va permitiendo, a veces, contrarrestrar el poder psiquiátrico y la medicalización.
Querria compartir interrogantes que se presentan en nuestra practica, que es la del acompañante de la locura. Con minimas diferencias es lo que hacemos en La Rampa, Talleres Comunitarios y Equipo de acompañamiento de pacientes externados. El área de acompañamiento y abordajes comunitarios pretende reemplazar al área de rehabilitacion y en esa transición nos encontramos.
Me gusta decir que trabajamos en un hospital psiquiátrico que no deja de intentar, transformarse, sin lograrlo, pero sin dejar de intentarlo tambien. Entonces tiene momentos de efectiva comunidad terapéutica en alguna asamblea, que alternan con otros de un manicomio de lo mas común, donde no hay lugar para la palabra del loco, donde “Maria” ,aquel personaje de Garcia Marquez del cuento “solo vine a hablar por teléfono”quedaría internada.* (Cuentos peregrinos)
Desde que comenzamos a trabajar en el hospital hemos formado parte de los grupos que desde la antipsiquiatria o desde el psicoanálisis, o de los grupos operativos se han opuesto a la estructura institucional vertical ,o la lógica manicomial, al modelo medico-hegemonico, a la medicalizacion. Eso significa formar parte de experiencias y dispositivos que apuntan a las alternativas a la internación, pero que estamos por la transformación, no el cierre de los hospitales. Diriamos mas cerca de Tosquelles que decía “hay que curar al asilo” , que de Basaglia que propone cerrarlo.
Un analista argentino Marcelo Percia, que ha trabajado en varios psiquiátricos, coordinando talleres literarios plantea siguiendo a Jean Oury, “estar psicoanalista en las instituciónes consiste en saber alojar un final posible para lo inesperado”.
El acompañamiento cuando ocurre en el campo de la locura, implica un desafio, porque muchas veces es intentar un vinculo con quien se encuentra en los márgenes del lenguaje. Este acompañar se da en el marco de un trabajo entre varios, donde a veces, el acompañante puede llegar a ocupar el lugar de secretario.
¿Es posible encontrar un modo de estar en las Instituciones y en esta en Particular? Porque no se sabe qué hacer… Cómo poner en práctica herramientas que tienen que ver con la clínica pero que a su vez se da en un territorio político-institucional. Y más aún en estos momentos de “Transformación” en el que nos encontramos. Habría una coexistencia inevitable entre lo clínico y lo político.
Cómo hacer para quedarse con el otro, como otro? Cómo soportar lo dicho y lo no dicho pero que está en el cuerpo, en los cuerpos? Donde no hay simbolización posible? Cómo es posible y Dónde buscar otros recursos…
En definitiva la pregunta tiene que ver con el modo de estar ahí, con la modalidad de Acompañamiento tanto sea en aquellos casos donde hay un sujeto que ha sido acallado, que no ha sido escuchado, que solamente ha sido clasificado excluido por psicótico, débil mental, adicto etc. como así también en esos otros casos que están a fuera de todo y de todos?( como a los De-solados de los que habla R. Lethier y Sonia weber).
– La presencia, el estar allí una y mil veces…… aunque no asista al encuentro, aunque no se levante a la hora pactada, aunque se gaste el dinero…poder ver qué pasa ahí con eso….es ese hecho o qué hay detrás de eso? En los casos trabajados podría decir que hay ausencia de otro (F.Davoine). Entonces empezamos a ver cómo con esa presencia con ese caminar juntos con ese acá estoy de nuevo se empieza a construir algo, un lazo…. Hay otro, y ese trabajo lleva tiempo… de escucha hasta de lo más ínfimo, escucha de historias en relación a una actividad o una rutina…que hay detrás de todo eso… Dejar que ese sujeto nos guíe, nos cuente a veces cuando pueda recordar, otras dando la posibilidad a la invención al probar, a ensayar varias veces algo.
-NO es posible hacerlo solos…. Se necesita de otros que acompañe al que acompaña, o para alternar una vez uno otra vez otro….además que esto posibilita el lazo…que se abra el juego…que circule lo novedoso…lo sorpresivo…lo imprevisto, la invención….
-El Acompañamiento en lo cotidiano…..El estar ahí en lo diario en lo que una persona hace desde que se levanta, se higieniza o no….se alimenta….sale de la institución ( en este caso ) o de la casa…. Salir a buscar una pensión, ir al cajero, al banco, etc….intervenir allí en esos espacios….salirse de la lógica del consultorio del escritorio con la mesa y las sillas, la H.C, con el R/P y la lapicera….. tiene un plus….que a mi entender o desde mi experiencia tiene que ver con otras manifestaciones de lo humano además del lenguaje ( que es el aspecto que más se pondría en juego en la lógica del consultorio, la lógica del significante, de intentar encontrar un sentido….aunque intentemos muchas veces huir de eso).
Lo cotidiano, lo que hace el cuerpo, cómo se dirige, cómo se mueve, sus formas su relación con las cosas… podría decir que apuntaría en cierto grado a la relación del sujeto con lo real… o quizás en el límite entre lo real y lo simbólico.
Es así que entre tanto acontecer…esas cosas que pasan en lo cotidiano… cargadas en la mayoría de los casos de horror y angustia….. Empezamos a observar y a advertir cómo cuando se posibilita algo, se deja que un sujeto cree invente pruebe…se lo deja…se le “da la libertad”…. Que elija, decida, aunque nosotros no estemos de acuerdo con eso… Estando ahí al lado…a pesar de todo lo que eso nos puede generar a nosotros (miedos…tensiones…angustia…) algo pasa…. Y a eso no podemos saberlo de antemano… …
En una entrevista que le hacen en un viaje a Brasil, Lethier plantea lo siguiente:
Sabemos dice: …” que la locura, no es una enfermedad, y,por tanto, no hay que apresurarse a curarla. Si acompañarla. Es necesario dejar que se desenvuelva, que de sus razones, que se despliegue.
Va a hacer un recorrido por el giro operado por el psicoanálisis a partir de L’une vebue, y la respuesta a las criticas de Foucault, la separación de la psiquiatría ,de la psicología.
Va a proponerdejar de hablar de neurosis y psicosis, poder decir las cosas de manera diferente de la psiquiatría. El va a proponer el concepto de “inhabitable”. Dira que la locura seria una forma de “habitar” los problemas subjetivos. La locura es un pasaje necesario para el ser humano.
A partir de los planteos de “Perturbacion en pernepsy” ,de Jean Allouch y “estallidos de clínica” de Bernarnd Casanova se produce el derrumbe del edificio nosografico, de la psicopatología psicoanalítica. Ya no se puede seguir hablando de neurosis o psicosis, en términos de estructuras clínicas. Quiza podremos usar estos términos, de modo diferente y ya no como categorías diagnosticas. Por ejemplo como usa Fernand Deligny la expresión “modo de ser autista”. Entonces hay diversos modos de ser en el lenguaje, pero no se trataría de diagnosticarlos. El va a decir: “hablar no de que alguien es autista, sino del aspecto autista del ser humano”.”El trabajo con autistas se convierte en una investigación sobre lo autista”(lo arácnido)
Deligny va citar a Deleuze y Guattari y “el anti-edipo” para decir que la esquizofenia es un proceso universal.
Recordemos que Harry Sullivan, rescatado del olvido por Francoise Davoine escribió “L a esquizofrenia como proceso humano”.
Tambien Gaetano Benedetti en “La esquizofrenia en el espejo de la transferencia” planteaba el ”modo de existir esquizofrenico”,” la esquizofrenia como existencia negativa”. ( falta otra cita)
Pero, en realidad hace tiempo que venimos « piloteando » y pivoteando la cuestion de la tension entre la locura y la enfermedad mental, que como dice Gilles Deleuze en Tres problemas de grupo, « son las enfermedades mentales las que desapareceran, en beneficio de algo que aun no hemos comprendido de la locura ». En ese mismo articulo se pregunta: »¿llegara un dia en que se estudiaran con la misma seriedad y el mismo rigor las definiciones de Dios del presidente Schreber o de Antonin Artaud que las de Descartes o Malebranche?
Y podemos decir que ese dia llego, y que hace ya un par de años Jean Allouch publico: « Schreber Teologo, La injerencia Divina ll », donde el texto de Schreber es leido como un tratado de teologia, y no dando lugar a un comentario psiquiatrico o psicoanalitico.
Por eso me gusta el termino acompañar, es verdad, que uno apuesta a que por ese vinculo pase algo, concretamente ,a que pueda pasar a otra cosa (que la repetición) pero cambiar, no es curar. Es muy difícil sacarse las categorías de sano/enfermo.
Cuando trabajamos con el vinculo,sentimos que practicamos el arte de acompañar. Se pregunta Marcelo Percia: « que significa acompañar? Que significa dar refugio a otro? como se ofrece acogida a alguien que ruega deshabitarse, que salta de sus ojos como si se arrojara de un decimo piso o que huye de su boca con el cuerpo en llamas? »(*)
Hay que tener cuidado con la lesión supuesta, y a veces hablamos de corregir anudamientos ?? caso de Joyce
Lograremos evitar la medicalización, evitar caer en la función psi? Creemos que por aca pasa la clave de “estar analistas” en la institución como plantea Marcelo Percia, un analista que ha coordinado diferentes talleres literarios en diversos hospitales psiquiátricos de Argentina.
Hay una vieja cuestión a la que nos interesa volver porque tiene relación con nuestra practica. Tiene que ver con ese “común”, con eso “en común”, que ocurre en el acompañamiento, en los momentos de transferencia psicótica, en el “trabajo entrevarios”. En algún momento se lo relaciono a la “locura a dos”, a la “complementaridad vital”. Ya en ese momento Lethier decía cuando entramos al campo de la tranferencia psicótica, no hay psi.
Eso da una pista o posición de secretario, o función psi. Y decir, hablar análisis, supervision
Cuando trabajamos en instituciones psiquiatricas, en hospitales generales, con practicas siempre en tension , tension entre psicoanalisis/institucion, tension entre locura y enfermedad mental, tension entre ciencia y arte, tensión entre análisis y clínica.
Cerrar con armar la defensa con los filósofos y los artistas poetas.
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Alejandra Arizo, Roxana Serafini, Gustavo Rivarola
Del acompañar
Estamos, que trabajamos con el vinculo, que practicamos el arte de acompañar. Se pregunta Marcelo Percia: « que significa acompañar? Que significa dar refugio a otro? como se ofrece acogida a alguien que ruega deshabitarse, que salta de sus ojos como si se arrojara de un decimo piso o que huye de su boca con el cuerpo en llamas? »(*)
Rapidamente logramos no depender del departamento de enfermeria, y gracias a ingresar a la residencia interdisciplinaria trabajar como acompañante terapeutico.(*)
Luego la posibilidad de integrar el equipo de hospital de dia
Pero, en realidad hace tiempo que venimos « piloteando » y pivoteando la cuestion de la tension entre la locura y la enfermedad mental, que como dice Gilles Deleuze en Tres problemas de grupo, « son las enfermedades mentales las que desapareceran, en beneficio de algo que aun no hemos comprendido de la locura ». En ese mismo articulo se pregunta: »¿llegara un dia en que se estudiaran con la misma seriedad y el mismo rigor las definiciones de Dios del presidente Schreber o de Antonin Artaud que las de Descartes o Malebranche?
Y podemos decir que ese dia llego, y que hace ya un par de años Jean Allouch publico: « Schreber Teologo, La injerencia Divina ll », donde el texto de Schreber es leido como un tratado de teologia, y no dando lugar a un comentario psiquiatrico o psicoanalitico.
Pero sentimos que hay que avanzar con mucha cautela, dada la complejidad de la problemática y la multiplicidad de facetas que tiene para ser abordada.
Es también sacarle a la medicina el problema y tratar de volverlo problema humano (sullivan, benedetti, deligny)
Quizá sea un intento de localizar mejor el problema del reparto de cartas en la locura. Ya no como enfermedad mental.
El otro punto es que el arte,y los artistas compartimos (que en común), no es también, otro modo de estar ,de ser, marginal?
En algún lado decía Allouch, una vez mas los poetas están adelante.
Ahora viene Zito lema, que justo nos trae comparte lo que fue su trabajo coordinando un taller de escritura en algún hospicio porteño.
Como no pensar en nuestros talleres , en esas tentativas de expresarse de distintas maneras artísticas.
Y nosotros ahí inventando modos de acompañar esas tentativas, a veces logradas( que es lograr ¿) ahora recuerdo a Freud y el triunfo fracasa cuando el paranoico -buscar)
Pero también marcelo percia , el también escribe recogiendo el testimonio desde los talleres literarios de distintos hospicios porteños.
La pregunta por que en común entre analistas, secretarios poetas artistas, nos lleva a darle una vuelta ala cuestión del analista de síntoma psicótico, pero ahora, desde una perspectiva, no clinica.
Haber como puede formularse este interrogante?
En el momento en que Lacan va a poner en cuestión pernepsy, en Deauville (1978) Allouch buscando el punto común del analista y el loco
Todas esas formulaciones que plantean un entre analista /loco , asi como el psicoanálisis es un autismo a dos, un delirio del que se espera una ciencia, que queda, si nos corremos de la clinica???
Otra cuestión es la locura como modo de indagación, como modalidad de investigacion científica, esto es el loco-sano, (equivalente del portador sano), que no puede dejar de indagar, de buscar, los puntos de ciegos, de locura familiar.
Pero también volver a Sullivan y también a Davoine , que lo explicitan.
Este es otro punto, para Sullivan los que trabajamos a gusto, y conectamos con esquizofrénicos, hemos ,pegado en el palo, digamos eramos candidatos, pero,algo, posibilito que retomaramos, pero asi. Esto lo usaba con los enfermeros practicos que el reclutaba.
Sin duda fue Davoine quien nos permitio rescatar a Sullivan.
Desde hace un tiempo les presento a esos alumnos que vienen a formarse en acompañantes (terapéuticos) al acompañante como un artista, como un artesano del vinculo. Sobretodo el acompañante que trabaja en los márgenes del lenguaje en los campos de la locura o en el campo de los inocentes. Y que tiene que vérselas con aquellos que vienen complicados con el lazo social. Parte del trabajo es intentar hablar de estas problemáticas no, desde la ciencia,
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Querria compartir interrogantes que se presentan en nuestra practica, que es la del acompañante de la locura. Con minimas diferencias es lo que hacemos en La Rampa, Talleres Comunitarios y Equipo de acompañamiento de pacientes externados. El área de acompañamiento y abordajes comunitarios pretende reemplazar al área de rehabilitacion y en esa transición nos encontramos.
Cuando llegamos al hospital, en los años de reapertura democrática, después de la dictadura militar, había un clima social de cambio, de destape, de apertura en general. El hospital paso a ser de puertas abiertas. Apertura al dialogo. Tentativa de trabajo interdisciplinario.
Me gusta decir que trabajamos en un hospital psiquiátrico que no deja de intentar, transformarse, sin lograrlo, pero sin dejar de intentarlo tambien. Entonces tiene momentos de comunidad terapéutica, que alternan con otros de un manicomio de lo mas comun.
Desde que comenzamos a trabajar en el hospital hemos formado parte de los grupos que desde la antipsiquiatria o desde el psicoanálisis, o de los grupos operativos se han opuesto a la estructura institucional vertical ,o la lógica manicomial, al modelo medico-hegemonico. Eso significa formar parte de experiencias y dispositivos que apuntan a las alternativas a la internación, pero que estamos por la transformación, no el cierre de los hospitales. Diriamos mas cerca de Tosquelles que decía “hay que curar al asilo” , que de Basaglia. Hemos pasado por las zonas grises, oscuras de la practica psiquiátrica, que está, existe, contención, pacientes judiciales,etc.. Pero, querria transmitir que uno hace lo que puede,lo mejor que puede, pero, a los ponchazos, no de modo planeado, y aca coincidimos con Jean Oury, que habla también del azar, y del acontecimiento. Entonces habría que decir resistir al manicomio, y tratar de sobrevivir a la institución psiquiátrica.
Un analista argentino Marcelo Percia, que ha trabajado en varios psiquiátricos, coordinando talleres literarios plantea siguiendo a Jean Oury, “estar psicoanalista en las instituciónes consiste en saber alojar un final posible para lo inesperado”.
intentado entonces un trabajo, que hoy definiría,en términos muy generales, como de acompañamiento a la locura en la vida cotidiana. Este acompañar se da en el marco de un trabajo entre varios, donde a veces, el acompañante cumple la función de secretario.
Queremos compartir interrogantes que surgen de la practica del acompañamiento. El acompañamiento cuando se intenta establecer en el campo de la locura, implica un desafio, porque intentar un vinculo con quien se encuentra en los márgenes del lenguaje, conlleva cierta dificultad.
Pero como decía Sullivan, quien tiene buena relación con esquizofrénicos probablemente lo eran potencialmente, pero,hubo algo que posibilito superar la fase critica, y evitar la descompensación, o desanudamiento.
Nos interesa este punto que es el interrogante por eso en común entre el acompañante, secretario, analista, y el loco, y muchas veces también, el artista.